Thursday, November 29, 2007

La literatura

Borges hace comentarios sobre la literatura en su obra "El Aleph". Por ejemplo, él critica a los escritores argentinos a través del personaje Carlos Argentino Daneri. Carlos es un escritor y su nombre “Argentino” representa a los escritores argentinos. Él escribe un poema sobre la historia del mundo utilizando un Aleph, o “uno de los puntos del espacio que contienen todos los puntos” (Borges). Carlos depende del Aleph porque es la fuente de su escritura: “dijo que para terminar el poema le era indispensable la casa, pues en un ángulo del sótano había un Aleph” (Borges). En la realidad, Carlos escribe la poesía, pero él no es nada original porque él sólo escribe lo que él ve en el Aleph. Sin embargo, él gana el Segundo Premio Nacional de Literatura para su poema. Así "El Aleph" demuestra cómo escritores argentinos son recompensados y poseen a un alto nivel cuando carecen de la creatividad y la originalidad.

Borges también comenta sobre las limitaciones de la escritura. El narrador no puede explicar lo que él ve en el Aleph: “empieza aquí, mi desesperación de escritor. Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten; ¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca?” (Borges). La escritura utiliza las oraciones que implican una serie y sucesión. Sin embargo, no hay una sucesión al Aleph porque l abarca el universo. El universo entero es mostrado al narrador al mismo tiempo. Así, las palabras en una oración no son suficientes para explicar lo que el narrador experimentó mientras él estudió el Aleph. Por este ejemplo, Borges manifiesta cómo la literatura tiene las limitaciones y no alcanza a comunicar apropiadamente. En su obra, un personaje necesita estudiar el Aleph para entenderlo propiamente.

Los laberintos en los cuentos de Borges

Borges comenta sobre la creación humana en sus cuentos. “La biblioteca de Babel” y “Las ruinas circulares” son cuentos de este tipo. En estos cuentos, Borges usa un laberinto como un símbolo de la existencia. Por ejemplo, el universo es una biblioteca en “La biblioteca de Babel”. Esta biblioteca es un laberinto porque está hecho de cuartos hexagonales infinitos. En este laberinto, los bibliotecarios buscan un libro en la biblioteca que explica el origen del universo y el significado de todos libros. Sin embargo, sólo dios puede saber sinceramente esta información. Las personas tratan de ser como el dios, pero no es posible. Cuando ellos se dan cuenta de que el libro nunca será encontrado: “sucedió, como es natural, una depresión excesiva” (Borges). También, el laberinto demuestra el problema existencial porque los lectores tratan de encontrar un significado oculto en la literatura. Borges cree que esto no es posible porque “distrae de la presente condición de los hombres” (Borges).

Como ocurre en “La biblioteca de Babel”, el protagonista de “Las ruinas circulares” actúa como si fuera un dios. En “Las ruinas circulares” el mago, el protagonista, va a las ruinas para crear a un hombre en sus sueños. El dios del fuego quiere que el hombre creado actúe como un humano verdadero, y el mago realiza este objetivo. En este cuento, las ruinas son un laberinto y los laberintos son un tipo de creación humana. Por eso, el laberinto funciona para mostrar el problema de la creación y el arte. El mago actúa como un dios cuando él crea el arte, un hombre. Sin embargo, sólo el dios puede crear la vida humana. Como resultado, el dios del fuego castiga al mago al final; él es un hombre en el sueño del otro.