Pedro Juan en Trilogía sucia de La Habana no es un racista cuando él describe la raza de personas. Él utiliza las palabras como “blanco”, “negro” y “mulato”, y estos términos que podrían ser considerados racistas. Sin embargo, Pedro Juan utiliza los mismos términos que los otros usan en su barrio. Él indica la raza de una persona, o un hecho para describirlos. Estas palabras sólo pueden parecer racistas o impropias si imponemos los estándares en nuestra sociedad americana. En su barrio, estas palabras no son racistas y son utilizadas normalmente. Adicionalmente, Pedro Juan indica “siempre me alegra mucho encontrar negros inteligentes y orgullosos” (Gutiérrez 13). Esto muestra que él goza la compañía de personas inteligentes y sus razas no son importantes a él. Desde que la raza no concierne a Pedro Juan, la raza no afecta sus decisiones, especialmente con las mujeres. Por ejemplo, él se acuesta con mujeres de todas razas. Pedro Juan también comienza a adorar a Isabel, una mulata: “Es punta y romántica y yo le gusto. Una combinación demasiado perfecta” (Gutiérrez 275). Su personalidad, no su raza, importa a Pedro Juan.
Tuve una experiencia semejante con términos de raza y racista. Durante la escuela secundaria, asistí a la Academia de Matemáticas y Ciencia con estudiantes del área Greater Hartford. Esto fue una escuela multicultural que aceptaba a todas razas. Como estudiantes, la raza no nos importó. En cambio, bromeamos sobre la raza y sus estereotipos correspondientes. Todo estuvo al aire libre y nunca nos pareció impropio a nosotros. Durante el verano trabajamos juntos en un campo en la escuela. Un día fuimos a Lake Compounds juntos y bromeamos como de costumbre. Muchas personas en el parque miraban fijamente a nosotros con horror. Ellos no podrían creer que hablemos sobre la raza libremente. Los estándares de la sociedad americana dicen que está equivocado traer la raza al aire libre, pero esto no debe ser la manera. Esconder la cuestión de la raza contribuye al racismo. Así, Pedro Juan no es racista; él habla de la raza abiertamente donde debe estar.
En Cuba hay vistos mezclados sobre la raza y el racismo. Terrence Cannon discute esta cuestión en su novela, Revolutionary Cuba. Aunque habían los problemas con la raza en el pasado cubano, Cannon indica “the ideology of racism failed to embed itself deeply” (Cannon 113). Cannon menciona también cómo Fidel cree que la raza no debe ser un punto mayor con respecto a cubanos: “Fidel told a rally of workers in Havana…‘We are a mixed race from Africa and Spain. No one should consider themselves a pure race, much less a superior race.’” (Cannon 113). La raza no es inexistente, pero no es un problema mayor en Cuba. Las opiniones de Ulises Cabrera difieren con Cannon porque Cabrera cree que la raza es un problema en Cuba. En su artículo titulado “El Blanco y el Negro” en Carta de Cuba, Cabrera escribe, “Negros, mulatos y ‘jabaos’ son mayoría absoluta en los ‘solares’… o de los desempleados que buscan trabajo y sobre todo en las prisiones, donde tienen vía franca, preferencial” (Cabrera). El racismo existe en Cuba, y es predominante en situaciones como los afrocubanos que son más probables de vivir en la pobreza o ir a la cárcel. Por lo tanto, algunos personas piensan que el racismo es un punto en Cuba mientras otros creen que no.
Wednesday, September 26, 2007
Sunday, September 23, 2007
Pedro Juan y la violencia en "Trilogía sucia de La Habana"
En la tercera trilogía, Gutiérrez ha movido su foco de Pedro Juan al barrio de Centro Habana. Así, Trilogía sucia de La Habana fue escrito para la Habana, no para Gutiérrez. Por ejemplo, Pedro Juan comienza a narrar más relatos sobre las personas en su barrio comparado a los relatos que él narra sobre él mismo. Además, Pedro Juan trata de dejar el foco de él. En las primeras dos partes de la novela, las escenas eróticas de Pedro Juan son muy gráficas y explícitas. Ahora en la última parte de la novela, sus escenas eróticas no son descritas en gran detalle. En vez de eso, Pedro Juan discute la vida y los sentimientos que él comparte con muchos otros en su barrio: “Si se va a ver, no hay muchos motivos para estar alegre” (Gutiérrez 274). Esta cita demarca una transición en la historia. Pedro Juan deja que otros sean los protagonistas y que la novela termine siendo sobre Centro Habana y no sobre Pedro Juan solo.
Adicionalmente, la violencia es más abundante en la tercera trilogía. Pedro Juan continúa discutiendo la pobreza, la escasez de alimento, y de jiniterismo: “La gente anda sucia, mal vestida, con hambre, y nada habla. La cuestión de cada uno es buscar dinero y comida y sobrevivir” (Gutiérrez 212). Él destaca también las injusticias de la policía y el gobierno, inclusive cómo la policía tiene más interés el bienestar de los extranjeros que en los cubanos. Sin embargo, Pedro Juan comienza a comentar en la violencia en el barrio, principalmente las personas del barrio que cometen los actos violentos en otros de Centro Habana. Por ejemplo, Pedro Juan describe el relato de Betty, quien fue violada, fue golpeada y la dejaron morirse en su casa. También, él discute a los hombres y a las mujeres que gozan ser golpeados durante el sexo. Un hombre en particular, Pancracio, no puede controlarse porque él golpea a cada mujer con quien él se acuesta: “cada vez que se acuesta con una mujer pierde la cabeza y la golpea sin control” (Gutiérrez 280). La violencia durante el sexo difiere de la violación porque algunos cubanos utilizan este tipo de la violencia como una manera de sentirse vivo. Los cubanos en la Habana son rodeados por la pobreza y el hambre; la violencia durante el sexo permite a los cubanos olvidarse su miseria y vivir. Sin embargo, en el caso de Pancracio, la violencia puede llegar a ser ingobernable. Cuándo esto ocurre, la violencia durante el sexo es semejante a la violencia de la violación.
Pedro Juan destaca estos actos de la violencia en el barrio porque es otra cosa que él quiere ver cambiado en Cuba, además de la escasez de alimento e injusticia de la policía. También, demuestra que el gobierno es interesado más en los extranjeros que invierten dinero en la economía que los problemas que ocurren en los hogares cubanos. Así, los problemas internos en Cuba empeoran y la ley no aparece existir en Cuba. Los personajes en la novela de Pedro Juan no se sienten seguros en sus casas y Pedro Juan quiere que vea esto cambiado.
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